El consumo
de s frutos secos es beneficioso por el hecho de que aportan grasas que son
beneficiosas para nuestro l organismo. En efecto, estas grasas son las
responsables de controlar al colesterol malo, generando como consecuencia una
mejora en la salud cardiovascular. Además, este tipo de frutos hacen una
contribución importante de vitaminas C y vitaminas E, como asimismo minerales
tales como fosforo, hierro, potasio y zinc.
Es importante señalar que por
frutos secos debe entenderse a aquellos frutos que por condiciones naturales
tienen un bajo contenido de agua. Algunos ejemplos ilustrativos son las nueces,
las almendras, las avellanas, etc. En general son harto saludables, pero los
aportes pueden variar al respecto, siendo los tipos mencionados los que pueden
considerarse más nutritivos.
Los frutos secos forman parte de
la denominada dieta mediterránea. Como es sabido, dicha dieta se conoce
especialmente por el hecho de ser extremadamente saludable a pesar de que es
particularmente destacada en alimentos de alto contenido graso. Esta circunstancia
fue por mucho tiempo un enigma para los investigadores, que veían como algunos
estudios parecían corroborar que era el exceso de lípidos en una dieta era lo
que favorecía el desarrollo de distintos tipos de enfermedades, mientras que
también observaban que las sociedades mediterráneas consumían alimentos de
estas características y su población tenía poca propensión a desarrollarlas. La
conclusión fue que algunas grasas eran favorables para el desarrollo de la
estabilidad de la salud, como por ejemplo las que ofrecen los frutos secos.
La salubridad de estos alimentos
se debe a que el nivel de grasas en el cuerpo suele estabilizarse y a que las
grasas que contienen los frutos secos carecen de características negativas para
los vasos sanguíneos y el corazón; así, cuando consumimos bastante de estas
grasas anodinas, las otras, las que afectan al corazón tienden a evitar
formarse y acumularse por el hecho de que el organismo considera que las cuotas
necesarias de estos elementos están cubiertas.
Por eso la
inclusión de una receta con almendras en el curso de cocina, el Pan de Cádiz aprovechando la producción
en la zona del Somontano y la tradición
en la elaboración de postres caseros
relacionados con las festividades, en este caso la Navidad.
La
recta trabajada fue la del mazapán que se puede aplicar a muchos, variados y
sabrosas elaboraciones durante todo el año, con el único peligro de no ir
sumando calorías.
No hay nada mejor que un puñadito diario de almendras para ayudar a mantener a raya la osteoporosis.
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